Egilona

EGILONA, reina de Hispania (José Soto Chica 2023). Un repaso a la historia de las primeras conquistas musulmanas nos hace ver que solo la conquista del actual Magreb fue más costosa (treinta años), pues en otros puntos la acción de los conquistadores musulmanes fue más rápida que en la península: seis años para dominar toda la península arábiga (628 al 634); cuatro años Siria (634 al 638); cinco años Egipto (638 al 643); un año Tripolitania y Cirenaica, Libia (644); seis Mesopotamia (636 a 642) y ocho años Persia (642 al 650). Lo largo de este proceso de conquista del reino visigodo, que requirió numerosas campañas, constantes refuerzos militares y pactos con núcleos resistentes, se debe a varios motivos: lo escaso de las fuerzas musulmanas que lo conquistaron, los constantes levantamientos entre los visigodos, la difícil orografía del territorio y la fuerte base de asentamiento social del anterior reino visigodo. Sin embargo, la gran centralización política del reino, la inseguridad causada por bandas de esclavos fugitivos, el empobrecimiento de la hacienda real (especialmente durante el reinado de Witiza) y la pérdida de poder del rey frente a los nobles fueron elementos que facilitaron la acción de los conquistadores, así como el uso de la densa red de calzadas romanas, que aún existían y facilitaban los desplazamientos de su ejército.

Pero el factor quizás más importante para la caída visigoda fue la grave crisis demográfica del reino, que en los últimos veinticinco años había perdido más de un tercio de su población. Esto fue debido a las epidemias de peste y los años de sequía y hambre de finales del siglo VII, especialmente durante el reinado de Ervigio, y que se repitieron también con gran dureza bajo el de Witiza, el antecesor de Rodrigo. Además, existía una fractura política importante entre dos grandes clanes político-familiares godos en su lucha por el trono, y que llevaba varios decenios dividiendo políticamente el reino y generando constantes problemas. De una parte estaba el clan gentilicio de Wamba-Égica, al que perteneció o al que estaba vinculado Witiza, y de otra el clan de Chindasvinto-Recesvinto, al que pertenecía Rodrigo. Esta situación dividió al estamento aristocrático-militar en dos facciones cada vez más irreconciliables, hasta el punto de considerar alguna historiografía a los witizanos como instigadores e incluso aliados, explícitos u oportunistas, de los musulmanes. Los conquistadores musulmanes también contaron con el apoyo de parte de la población judía, muy numerosa en la Bética, en la Galia Narbonense y en toda la cuenca mediterránea. La ayuda que los judíos prestaron a los conquistadores se debió a que aquellos, en su mayoría conversos forzados pero fingidos, eran reiteradamente hostigados por la legislación visigoda (con algunas excepciones como bajo los reyes Witerico y Suintila, y contra el criterio de obispos como el cartagenero san Isidoro, obispo de Sevilla, que los defendía). Y sabían, por lo que había ocurrido en el norte de África, que mejoraría su situación al recibir de los gobernantes musulmanes el mismo estatus que la población cristiana. Pero, además de los judíos étnicamente puros de la diáspora, en el norte de África había bereberes que profesaban el judaísmo por proselitismo y mestizaje, muchos de los cuales dieron apoyo a los musulmanes en su conquista y se unieron a ellos (como muchos bereberes cristianos) por lazos de clientela.

Según la “Crónica Mozárabe” (754), Egilona era la esposa del rey visigodo Rodrigo. Tras la batalla del río Almodóvar o de los Montes Transductinos (y no de Guadalete), a raíz de la invasión árabe de Al-Ándalus en 711, los visigodos pierden la batalla y Rodrigo muere a manos de Abd al-Aziz ibn Musa. Egilona pasa a ser su mujer y es reconocida por las crónicas como “reina de Hispania”. La describen como una mujer fuerte, y quiso que Abd al-Aziz se ciñera la corona de rey, algo prohibido en el islam. Los conquistadores eran muy pocos, apenas 15.000 frente a los 5 millones de habitantes de la península. Se establecieron luego pactos entre conquistadores y conquistados, como el propio papel de Egilona, o el pacto de Teodomiro y el esposo de esta. Egilona incitó después a Abd al-Aziz a rebelarse contra el califato omeya de Damasco para conseguir que Hispania fuera independiente.